lunes, 15 de febrero de 2016

Tentaciones identificadas...

Reflexíon domingo 14 febrero 2016
Tentaciones identificadas…
Lucas 4.1-13
Según los evangelios, las tentaciones experimentadas por Jesús no son propiamente de orden moral. Son planteamientos en los que se le proponen maneras falsas de entender y vivir su misión. Por eso, su reacción nos sirve de modelo para nuestro comportamiento moral, pero, sobre todo, nos alerta para no desviarnos de la misión que Jesús ha confiado a sus seguidores.
Antes que nada, sus tentaciones nos ayudan a identificar con más lucidez y responsabilidad las que puede experimentar hoy su Iglesia y quienes la formamos. ¿Cómo seremos una Iglesia fiel a Jesús si no somos conscientes de las tentaciones más peligrosas que nos pueden desviar hoy de su proyecto y estilo de vida?

En la primera tentación, Jesús renuncia a utilizar a Dios para «convertir» las piedras en panes y saciar así su hambre. No seguirá ese camino. No vivirá buscando su propio interés. No utilizará al Padre de manera egoísta. Se alimentará de la Palabra viva de Dios. Sólo «multiplicará » los panes para alimentar el hambre de la gente.
Ésta es probablemente la tentación más grave de los cristianos de los países ricos: utilizar la religión para completar nuestro bienestar material, tranquilizar nuestras conciencias y vaciar nuestro cristianismo de compasión, viviendo sordos a la voz de Dios que nos sigue gritando: ¿dónde están nuestros hermanos?
En la segunda tentación, Jesús renuncia a obtener «poder y gloria» a condición de someterse como todos los poderosos a los abusos, mentiras e injusticias en que se apoya el poder inspirado por el «diablo». El reino de Dios no se impone, se ofrece con amor. Sólo adorará al Dios de los pobres, débiles e indefensos.
En estos tiempos de pérdida de poder social es tentador para la Iglesia tratar de recuperar el «poder y la gloria» de otros tiempos pretendiendo incluso un poder absoluto sobre la sociedad. Estamos perdiendo una oportunidad histórica para entrar por un camino nuevo de servicio humilde y de acompañamiento fraterno al hombre y a la mujer de hoy, tan necesitados de amor y de esperanza.
En la tercera tentación, Jesús renuncia a cumplir su misión recurriendo al éxito fácil y la ostentación. No será un mesías triunfalista. Nunca pondrá a Dios al servicio de su vanagloria. Estará entre los suyos como el que sirve.

Siempre será tentador para algunos utilizar el espacio religioso para buscar reputación, renombre y prestigio. Pocas cosas son más ridículas en el seguimiento a Jesús que la ostentación y la búsqueda de honores. Hacen daño a la Iglesia y la vacían de verdad.
Paz y bien
Hna. Esthela Nineth Bonardy Cazón
Fraternidad Eclesial Franciscana


Dios nos conoce...

Reflexión domingo 7 febrero 2016
DIOS  NOS CONOCE…
LUCAS 5,1-11
Frase evangélica: «Dejándolo todo, le siguieron»
1.   «Reconocer» significa volver a conocer o profundizar en el conocimiento. Ahora bien, hay un conocimiento superficial que no entraña compromiso, y hay un conocimiento bíblico o cristiano que entraña experiencia, conversión, compromiso. Sólo cabe anunciar el mensaje cristiano cuando se ha experimentado la fe en la propia vida, junto a los compañeros de brega.

2.   En realidad, antes de conocer nosotros a Dios, Dios nos conoce a nosotros y nos invita a conocerle. El conocimiento de Dios pasa a través de Jesús de Nazaret. También Jesús (como Dios) lleva la iniciativa: llama, habla y enseña desde su pleno conocimiento del Padre. A Dios le conocemos a través de sus signos, que son siempre de magnanimidad («gran redada de peces» ) y de generosidad compartida («las dos barcas»).

3.     
4.   Conocer a Dios requiere obediencia (remar), confianza (echar las redes) y vida en comunidad (contar con los compañeros). Pero el objetivo último es seguir a Jesús dejándolo todo: de este modo se participa en el ministerio cristiano. Naturalmente, debemos conocernos a nosotros mismos: nuestra limitación («no hemos cogido nada»), nuestra condición («soy un pecador») y la gratuidad con que se nos regala todo («asombro»).
5.     
REFLEXIÓN CRISTIANA:
¿Oímos la llamada de Dios a trabajar con los demás?
¿Nos reconocemos pecadores ante la santidad de Dios?
Paz y bien
Hna. Esthela Nineth Bonardy Cazón

Fraternidad Eclesial Franciscana