jueves, 13 de octubre de 2016

Fe y paciencia



Reflexión domingo16 de octubre 2016
Fe y paciencia...
Lucas 18, 1-8
Hoy tenemos a Jesús que nos presenta una parábola donde una pobre viuda insiste a un juez descreído y soberbio que le haga justicia. Éste accede al pedido, no por hacer honor a su función, sino para que la mujer deje de molestarlo.
 Aquí, lo primero que podemos resaltar es la fe y paciencia que tiene la mujer, quien no se cansa de pedir hasta obtener lo que necesita. Entonces podemos decir que, análogamente,  así debería se nuestra oración: Impregnada de fe y paciencia. Sobre todo si tenemos en cuenta que los tiempos de Dios, a veces, no son los tiempos nuestros. No todo sale a pedir de boca, pero ciertamente Dios termina dando respuestas. A esto podríamos añadir que si aquél juez malo supo dar a la viuda lo que precisaba, Dios, que es bondad, nos va a socorrer. No tengamos duda en ello, sino fe.
Y avanzando en lo que nos presenta la Palabra de Dios, vemos que se nos presenta un gran tema: La justicia. El juez no teme a Dios y tampoco le importan las personas –nos cuenta Jesús. Bien podríamos decir que es un déspota. Y suponemos que hacía lo que le venía en gana, es decir, actuaba haciendo justicia si le parecía bien. O tal vez legislaba para quienes le interesaban o podían retribuirle algún beneficio. En cambio, la pobre viuda, que es imagen del desamparo en la época de Cristo, lo único que le reportaba al magistrado era fastidio.
Todo esto, si lo miramos con los ojos de nuestra época, no podemos menos que pensar en la corrupción de los que detentan poder. Son los que, en parangón con el aquél juez, no temen a Dios y tampoco les importa las personas. El único interés es hacer lo que a ellos les beneficia. Aunque, en ocasiones sí hacen justicia, que es para lo que están, pero a lo mejor sólo es un tentempié para los más desamparados. Y esta actuación es los sigue sosteniendo a aquellos mismos en el lugar de privilegio en el que están.
La pregunta sería: ¿Cuánto hemos sido capaces de aguantar y esperar hasta que se haga justicia o lleguemos a recibir aquellos que le pedimos a Dios?
Y en esto no podemos olvidarnos de los desamparados, de los que siguen esperando que se haga justicia. Por un lado, no debemos perder la fe, y creer que todo puede estar mejor de lo que está, donde la realidad social puede ser más equitativa. Pero al mismo tiempo deberíamos revisar nuestras acciones concretas para hacer realidad la justicia que tanto esperan algunos. Y aquí estamos hablando desde la equidad de bienes hasta la equidad de justicia, pasando por el trato ecuánime en la convivencia diaria.
Hay que resistir, hay que tener fe, pero al mismo tiempo hay que actuar, haciendo todo lo que esté a nuestro alcance. Aquella viuda no sólo se contentó con pedir y confiar en que se le iba a dar lo necesario, sino que fue y volvió, insistiendo, una y otra vez. Y si en alguna medida pensamos que estamos más del lado del juez, no por ser como él en su actitud ante Dios y las personas, sino por tener la posibilidad de actuar en favor de los más desamparados, tal vez es el momento de empezar a trabajar.
Si de verdad nos creemos hijos de Dios, no podemos menos que pedir y esperar, confiados en Dios y, al mismo tiempo, dar aquello que de él hemos recibido.
Paz y bien
Hna. Esthela Nineth Bonardy Cazon
Fraternidad Eclesial Franciscana

1 comentario:

  1. Hola hermanita esthela como se encuentra usted!!! a su blog me lo recomendo una amiga soy de Venezuela de la diocesis de Merida de Maracaibo, pertenezco a un grupo juvenil franciscano, bueno desde que la encontre en el blog no dejo de seguirla y ademas siempre se lo recomiendo a otros amigos en nuestros encuentros tambien leemos su reflexion, nos sentimos muy identificado con lo que el evangelio va susurrando en su corazon, bueno nuestra hermana sientase acompañada con nuestras oraciones siempre y cuente con el apoyo de los corazones venezolano quienes tambien le pedimos mucha oracion por nuestro pais estamos pasando por un momento muy fuerte de nuestra historia...Dios la Virgen de la Divina Pastora lo bendigan...que nuestros hermanos Francisco y Clara lo acompañen...hasta pronto.

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