Reflexión
domingo 11 de octubre 2015
UNA PROPUESTA SORPRENDENTE
Marcos 10, 17-30
Hoy en el evangelio vemos como Jesús
sigue caminando no se queda quieto; por esto el evangelio
es muy iluminador para nuestra vida, nos encontramos con un Jesús contundente y
cariñoso…
Lo
primero es sorprendente; este hombre que nos muestra Marcos, en Lucas y Mateo
es el Joven rico…sin duda este hombre estaba muy preocupado por su
vida religiosa. Al preguntarle ¿Qué
puedo hacer para heredar la vida eterna? Y esto es lo curioso e importante;
Jesús no le recomendó que participara en los actos de culto de la sinagoga o
que rezara al acostarse.
Jesús
le recomienda que viva los mandamientos
en el que se nos dice como tiene que ser nuestras relaciones con nuestros
hermanos. Podemos pensar que este hombre
no era un rico malo… pero este hombre nos deja algo muy importante para saber… Heredar la vida eterna; y es aquí que empezamos a confundirnos y pensamos que la vida eterna está en el más
allá, cuando en realidad la vida eterna está en el más acá. Ella comienza entre
nosotros y la alcanzamos completa en el más allá. Por eso a la pregunta sobre
la vida eterna, y Jesús invita a
preguntarse primero por la vida temporal.
La
vida eterna, es la continuidad perfeccionada de la vida en “este mundo; el
alcance de la vida eterna, pasa por la práctica de la misericordia.
El evangelio nos añade un bonito detalle: Jesús lo miro con amor.
Es
admirable la vida de una persona que no ha hecho daño a nadie. Jesús lo quiere
atraer ahora para que colabore con él en su proyecto de hacer un mundo más
humano, y le hace una propuesta sorprendente: "Una
cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres... y
luego sígueme". El rico posee muchas cosas, pero le falta lo único que
permite seguir a Jesús de verdad. Es bueno, pero vive apegado a su dinero.
Jesús le pide que renuncie a su riqueza y la ponga al servicio de los pobres.
Solo compartiendo lo suyo con los necesitados, podrá seguir a Jesús colaborando
en su proyecto.
Desprendernos del dinero para darlo a los más necesitado muchas veces no
nos gusta escuchar y hacer esto verdad! Porque
aunque Jesús
nos hablara de los mejores tesoros en el
cielo. Nuestras riquezas muchas veces, tienen más fuerza en nuestro corazón que
los gritos de los necesitados.
Hemos de hacernos preguntas muy concretas si queremos seguir a Jesús en
estos momentos.
Lo primero es revisar nuestra relación con el dinero: ¿Qué hacer con
nuestro dinero? ¿Para qué ahorrar? ¿En qué invertir? ¿Con quiénes compartir lo
que no necesitamos? Luego revisar nuestro consumo para hacerlo más responsable
y menos compulsivo y superfluo: ¿Qué compramos? ¿Dónde compramos? ¿Para qué
compramos?
¿A quiénes podemos ayudar a comprar lo que necesitan?
Son preguntas que nos hemos de hacer en el fondo de nuestra conciencia y
también en nuestras familias, comunidades cristianas e instituciones de
Iglesia. No haremos gestos heroicos, pero si damos pequeños pasos en esta
dirección, conoceremos la alegría de seguir a Jesús contribuyendo a hacer la
crisis de algunos un poco más humana y llevadera. Si no es así, nos sentiremos
buenos cristianos, pero a nuestra religión le faltará alegría.
Al ver Jesús la reacción de este
hombre le dice a sus discípulos que difícil va hacer para un rico entrar al
reino de los cielos y vuelve a repetir pero ya tratándolos como hijos, que
difícil es entrar al reino de Dios, es más fácil que un camello pase por el ojo
de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios. Se
refiere que la vida eterna, que pasa por la vida temporal, pasa por grandes
estrecheces, luchas, dificultades, sacrificios; la vida no es fácil. No podemos
pretender alcanzar la vida eterna, sin antes haber pasado por el ojo de la
aguja de la vida.
Los discípulos se asombran por las
palabras de Jesús y Pedro le pregunta entonces quien puede salvarse, Jesús le
dice para el hombre es imposible pero para Dios no hay nada imposible, hermanos
que interesante es reconocer que sin Él estaríamos perdidos, no tendríamos
nada, habrían vacíos en nuestras vidas, pero Él con su misericordia nos llama
hijos porque somos capaz de atender su llamado, mirarlo y seguirlo dejándolo
todo, pero hermanos el seguir a Jesús nos exige una verdadera lucha por seguir
sus huellas , hasta el punto de hacer y decir lo que Él dijo e hizo. Hoy
hermanos la invitación es que miremos que es lo que prima en nuestra vida si el
dinero, las cosas del mundo o la vida eterna, el hermano, su necesidad, como te
gustaría que Jesús te llame ¿hijo o por lo que aparentas ser " hombre rico"? sigamos a Jesús sin miedo, porque
Él nos dice “les aseguro que el que haya dejado casa, pueblo, Madre, Padre,
hermanos…recibirán la vida eterna” la invitación está hecha siempre…
pidamos siempre que el Espíritu de nuestro Dios sople en nuestras vidas.
espero que juntos quedemos renovados en su amor...
Paz y bien
Hna.
Esthela Nineth Bonardy Cazón
Fraternidad
Eclesial Franciscana
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