sábado, 16 de junio de 2018

Conviértanse y crean en el Evangelio...



Reflexión domingo  21 de enero 2018
Conviértanse  y crean  en el Evangelio…
Marcos 1,14-20
Después de los muchos años que pasó de vida oculta en Nazaret con su familia, después de pasar cuarenta días en el desierto y hacerse bautizar por Juan, Jesús tenía ideas claras sobre su misión. Su vida se dedicaría a proclamar la buena nueva de la salvación. El mensaje a comunicar era conciso y concreto: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Conviértanse  y crean  en el Evangelio”. Casi diríamos que en su formulación intervino algún profesional del mundo de la publicidad actual. Jesús le dice a su gente que ha terminado ya el tiempo de la espera. Hay algo nuevo que está aquí, que viene a nosotros. Su venida no depende de nuestro esfuerzo sino de la voluntad de Dios. Ha sido él el que ha roto los plazos y se ha presentado en medio de nuestro mundo. Sin avisar. Sin pedir permiso. En nosotros está acoger ese Reino que viene a nosotros. A que le acojamos convenientemente se dirigen las últimas palabras de Jesús invitándonos a la conversión y a la fe. 
      Se ve que el niño de Belén, al que hace poco celebrábamos entre villancicos y fiestas, ya ha crecido y tiene algo que decirnos. No es un juguete sonrosado con el que podamos hacer lo que queramos. Nos habla como a personas adultas, nos invita a cambiar de vida, a convertirnos. Para acoger el Reino de Dios que está cerca. Porque el tiempo se ha cumplido. Ya no es tiempo de excusas. Dios está aquí y nos llama. 
      Por eso el mensaje de Jesús, que, al principio, parece dirigirse a todos los que le escuchan de una forma abstracta y general, termina por hacerse concreto. Y sus palabras se pronuncian directamente para Simón y su hermano Andrés. Y para Santiago, el hijo del Zebedeo, y su hermano Juan. Jesús pasa a su lado y no los deja tranquilos. Los llama. Los invita a convertirse, a cambiar de vida, a seguirle. Les da una misión. Lo suyo ya no va a ser pescar peces sino pescar hombres y mujeres, reunir a la familia de Dios, convocar a todos los llamados a participar en el Reino del Padre. 
      Hoy somos nosotros los que escuchamos esta Palabra. Jesús pasa a nuestro lado y nos invita a convertirnos porque el Reino está cerca. Y luego nos llama por nuestro nombre. Para que le sigamos, para que seamos sus discípulos, para que participemos en la misión de reunir a los hijos de Dios perdidos y formemos la familia de los hijos en torno al Padre. El momento es apremiante, como dice Pablo en la carta a los corintios. ¿Vamos a perder también esta oportunidad?
Paz y bien
Hna. Esthela Nineth Bonardy Cazon
Fraternidad Eclesial Franciscana



No hay comentarios:

Publicar un comentario