viernes, 24 de abril de 2015

Pastores con corazon universal




Reflexión domingo 26 de abril 2015
PASTORES CON  CORAZON  UNIVERSAL
JUAN 10,11-18



Cuando niños  nos asustábamos con el hombre lobo que salía los viernes de luna llena.
Cuando adultos  nos interesa la realidad, comprobamos que hay más de un hombre lobo que vive de la sangre y de la carne de seres humanos. Ellos habitan entre nosotros, algunos cubiertos de piel de oveja, detrás de un servicio, de una iglesia, de un puesto público y otros con descaro muestran su soberbia egoísta. Hay muchas personas que les tienen miedo ya sea porque dependen económicamente, por estar preocupados por salvar su vida o por tener una psicología de oprimido.

Jesús se presenta en el texto bíblico como el buen pastor que enfrenta al lobo, ofreciendo su vida en bien del rebaño más débil. El trabajador que sólo piensa en SU salario huye del lobo, no lo enfrenta, permitiendo que se disperse y se coma a los demás.
El buen pastor cuida de su rebaño e incluso se preocupa por el bien de otro rebaño. Porque su espiritualidad está fundada en creer que Dios es el Padre de de la Vida y toda vida es nuestra hermana, por lo tanto la debo defender. (Juan 10, 11-18)
El hombre de hoy rechaza con desdén el papel de oveja y la idea de rebaño, pero no se percata de que está completamente dentro. Uno de los fenómenos más evidentes de nuestra sociedad es la masificación. Nos dejamos guiar todo tipo de manipulación y de persuasión oculta. Otros crean modelos de bienestar y de comportamiento, ideales y objetivos de progreso, y nosotros los seguimos; vamos detrás, temerosos de perder el paso, condicionados y secuestrados por la publicidad. Comemos lo que nos dicen, vestimos como nos enseñan, hablamos como oímos hablar, por eslogan. El criterio por el que la mayoría se deja guiar  es por una falta de identidad.
Cristo nos propone hacer con Él una experiencia de liberación. Pertenecer a su rebaño no es caer en la masificación, sino ser preservados de ella. «Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad» (2 Corintios 3, 17), dice San Pablo. Allí surge la persona con su irrepetible riqueza y con su verdadero destino. Surge el hijo de Dios aún escondido, del que habla la segunda carta de este domingo: «Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos».
… Un pastor a la manera de Jesús no genera sectas ni grupos privados, es de mente y corazón abiertos para hacer posible que todas las personas que se sienten llamadas a ser acompañadas por él tengan un espacio. Hoy en día, esta actitud la traducimos en la capacidad de diálogo y en la capacidad de entender que el mundo en que vivimos es cada vez más plural. Un pastor unidimensional, que solo acompaña a los de su “línea” o que divide el mundo en buenos y malos corre el  riesgo de dejar por fuera a muchos de los que el Señor le ha encomendado.  Tener la actitud de Jesús nos hace ser: Pastores con corazón universal.
Quien sólo ve dinero en su trabajo, siempre estará insatisfecho porque no hay salario que pueda dar sentido pleno a la vida. Además si su objetivo es solamente material está en una posición de «tener precio» que con más o menos se lo puede comprar o corromper. Por dinero se aparta de su rebaño, de su gremio, de su familia, de sus ideales, de su fe poniéndose del lado del lobo que puede ser un patrón contra sus empleados o un obrero contra la empresa.
Bendito todo trabajador que siente su espacio de trabajo como su familia y está dispuesto a cumplir sus obligaciones de la mejor manera posible y está dispuesto a defender a los más débiles cuando sufren injusticias o amenazas. Los hay en el ámbito público como privado, los hay gremialistas y empresarios.

No puedo dejar de lado hoy donde oramos por las vocaciones, entonces tenemos que tener en cuenta que. Hay personas en distintas profesiones y vocaciones que «libremente» renuncian a algunos privilegios para entregar su vida, sus saberes, sus bienes con personas que no son de su familia de sangre, ni de su clase social, transformándose en un palo en la rueda de las «organizaciones vampiras, que sangran al pueblo».

Y como no creer que hoy en día hay otros y otras que al igual que San Francisco de Asís y Santa Clara de Asís, cuando por fuera se lo veía continuar en sus fiestas dedicado a sus familiares y amigos, por dentro algo se estaba gestando en amor hacia los excluidos.
 
Unos elegirán morir como asalariados, conociendo el mundo y siendo reconocidos por él, dejando herencias materiales.  Y otros elegirán dejarse llevar por la suave briza, que sopla contra corriente en descenso, por el camino angosto, no entendible, que en su momento ni siquiera la misma Iglesia lo reconoce.
 
Que nos dejemos llevar por el Espíritu que movió a educadores, trabajadores de la salud, padres, misioneros... ese Espíritu que nos llama y espera en el rebaño más amenazado.
Paz y Bien
Hna. Esthela Nineth Bonardy Cazón
Fraternidad eclesial Franciscana

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