Sábado Santo - 2017
TIEMPO PARA LA ESPERA Y EL DESPOJO
El
Sábado Santo no hay liturgia, por eso no hay lecturas…luego porla noche se
realiza la vigilia pascual…
Hoy es un día en el cual estamos llamados a la
espera, una espera que no las tiene todas consigo, a ver qué pasa.
De todo lo sucedido nos queda su palabra, una cruz
vacía y el sepulcro.
Todo terminó como muy deprisa, casi no nos da tiempo hacernos a la idea de que ha muerto.
Todo terminó como muy deprisa, casi no nos da tiempo hacernos a la idea de que ha muerto.
El dijo que resucitaría, recordamos en medio del
aturdimiento que nos embarga y con el pulso tembloroso nos atrevemos,
tímidamente, a tensar el arco de la esperanza: La iglesia junto a
María espera.
Un día para la reflexión ante la cruz, con la cruz en el corazón, con la cruz como norte y guia.
Nuestros ojos puestos en esa cruz, aún con la sangre fresca del que murió en ella, meditamos, contemplamos, rezamos, recordamos y esperamos la respuesta de Dios a lo acontecido.
Sábado Santo, nuestro sábado Santo también. Nuestro día de despojo y de muerte a todo lo que nos aparte de Dios. Desde lo vivido ya no nos vale ninguna excusa. Invitados a morir con Cristo para poder levantarnos resucitados junto con El, para poder cantar el aleluya del despertar de nuestro sepulcro, por la acción de Dios en nosotros. Mujeres y hombres nuevos que han pasado por su propia muerte habiéndonos abandonado en las manos del Padre de forma total y confiada.
Un día para la reflexión ante la cruz, con la cruz en el corazón, con la cruz como norte y guia.
Nuestros ojos puestos en esa cruz, aún con la sangre fresca del que murió en ella, meditamos, contemplamos, rezamos, recordamos y esperamos la respuesta de Dios a lo acontecido.
Sábado Santo, nuestro sábado Santo también. Nuestro día de despojo y de muerte a todo lo que nos aparte de Dios. Desde lo vivido ya no nos vale ninguna excusa. Invitados a morir con Cristo para poder levantarnos resucitados junto con El, para poder cantar el aleluya del despertar de nuestro sepulcro, por la acción de Dios en nosotros. Mujeres y hombres nuevos que han pasado por su propia muerte habiéndonos abandonado en las manos del Padre de forma total y confiada.
Paz y bien
Hna. Esthela Nineth
Bonardy Cazon
Fraternidad Eclesial
Franciscana
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